Kundalini Hata Yoga

Todos venimos de familias disfuncionales a diferentes niveles. Algunos tenemos más heridas que otros, algunos estamos menos funcionales que otros.
 
Independientemente de la historia personal, lo que importa es el ahora y para donde quieres caminar. El pasado ya fue, ahora tu te puedes reparar, sanar y vivir en paz, en amor y armonía. 
 
Prana Shakti Yoga, una serie de ejercicios de respiración, meditación, manejo de energía y posturas que por medio de la práctica irán sanando tu mente y  tu cuerpo por ende tu comportamiento y la forma en que interactuas con el mundo y así tu vida.
 
"Si Yo cambio, todo cambia"
 
No se trata de llegar a hacer la postura más esbelta, se trata de conocernos, cambiar lo que podemos cambiar y aceptar lo que no.
Prana, la energía que nos regala el universo
 
El prana nos rodea, penetra en nosotros, está en lo que vemos, olemos, palpamos y en muchas de las cosas que comemos.
 
Mágica y vital conexión entre el cosmos y nosotros, es la esencia misma de la vida.
 
Esta energía universal es el principio de la vida que, adoptando diversas formas, hace posibles la luz, el calor y todas las formas de existencia en el planeta. Sabemos que se encuentra en los animales, en los vegetales y se supone que puede hallarse en los minerales, durante un tiempo más o menos largo, después de que se los separó de su fuente de origen.
 
En el ser humano, posibilita todas las actividades orgánicas y psíquicas. El prana cumple las siguientes funciones en el organismo: 
 
• Prana propiamente dicho: reside en la zona del corazón y controla la respiración.
• Apana: reside en el ombligo y controla la digestión.
• Udana: reside en la garganta y controla la deglución y la fonación.
• Vyana: reside en todo el cuerpo y controla la distribución del prana.
 
Mediante las técnicas del Yoga se aprende a regir y a equilibrar esta energía vital. Su equilibrio es sinónimo de salud y su desequilibrio trae aparejada la enfermedad.
 
Es importante saber que el prana alterado inquieta la mente y complica el funcionamiento de nuestro sistema nervioso. Por lo tanto, su control permite adquirir el dominio de la energía y de la mente, ya que existe una estrechísima relación entre ambas, y, a medida que se aprende a manejar una de ellas, se logra hacerlo con la otra.
 
Dada la necesidad de la actual ciencia occidental de encontrarle una explicación racional a cada uno de los fenómenos de la naturaleza, lo mejor sería comparar al prana con una manifestación de la electricidad o del magnetismo.
 
¿Dónde lo encontramos?
 
Su fuente más importante es la atmósfera; ahí lo hallamos constituido por pequeños iones negativos, que son átomos cargados eléctricamente, muy activos y que, en perpetuo movimiento, revitalizan constantemente cada célula de nuestro cuerpo.
 
El sol, los rayos cósmicos, las masas de agua en movimiento y en evaporación son los principales factores de ionización y cargan de prana el aire. Por eso es que el aire que respiramos cerca del mar nos carga de energía y vitalidad. En contraposición, el oxígeno en las grandes ciudades, cargado de smog, es menos vivificador que en el campo o en zonas marinas.
 
Existe en nuestro organismo un metabolismo de la electricidad atmosférica que la absorbe, la utiliza y la evacúa por la piel. Cuanto más activo es este metabolismo por la absorción de iones negativos y la evacuación de la electricidad excesiva, más vivo y en buena salud estará el organismo. Los baños de sol nos brindan vitalidad al activar nuestro metabolismo eléctrico.
 
¿Cómo lo absorbemos?
 
Absorbemos el prana por medio de la respiración, de los alimentos que ingerimos y de nuestro cuerpo; los órganos que intervienen en este proceso son la nariz, los pulmones y la piel.
 

 

Algunos alimentos que ingerimos, incluyendo el agua, lo poseen, por lo que esta energía es absorbida por nuestro cuerpo a través del sistema digestivo. Por lo tanto, es de suma importancia seleccionar muy bien todo lo que comemos (los alimentos industrializados carecen de prana) y revisar cómo comemos. Las radiaciones solares, cósmicas y terrestres hacen que el prana ingrese a nuestro organismo por la piel.

 

 

 

Vairocana Buddha

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